Muy bien… en mi entrada antepasada ya había hablado sobre la Mercadotecnia y cuál es su función, hablando muy idealistamente.
Como me comentaba mi estimadísima blogger friend Mar (y esto es algo que pasa en todos lados), comúnmente se confunde Ventas y Mercadotecnia. Cuando realmente, en las empresas grandes, son dos departamentos que están en constantes riñas. ¿Cómo lo sé? Mi padre tiene más de 25 años trabajando en ventas y yo soy Lic. en Mercadotecnia.
Ventas y Mercadotecnia son muy diferentes, sin embargo ningún departamento puede existir sin el otro. Mercadotecnia está enfocado a Ventas y Ventas necesita de la Mercadotecnia para lograr su fin.
Pero hoy no pienso aburrir a mi escaso y fiel público hablando sobre mi divertida y excitante carrera o el mundo de los negocios, sino que emplearé la visión del cliente.
MÁS ALLÁ DEL MOSTRADOR: La cadena del mal humor.
(inserte aquí música muy a la Twilight Zone)
Muchas personas, sin importar su carrera universitaria, trabajarán en algún puesto de ventas, telemarketing, de meseros u otro lugar donde tengan que atender al público. Y la mayoría de ellos no gustarán de ese trabajo, ya que están ahí sólo por el sueldo.
Trabajar en algo que no consideramos “importante” sólo por un “sueldo”, puede llegar a amargarnos muchísimo y convertirnos en el cliente que no deseamos tener. Una pequeña cadenita de reacciones que irá desde el puesto más alto hasta el más bajo. Vamos, todos disfrutamos desquitarnos con aquel que está más abajo que nosotros. Sobre todo si éste no puede defenderse.
El pobre vendedor de tarjetas de crédito que está en el centro comercial anda enojadísimo porque no pudo hacer una sola venta hoy y hasta le dijeron que es “molesto”. Así que , para tranquilizarse, va en la noche a cenar a un restaurant y resulta que, para acabarla de amolar, le pusieron cebolla cuando pidió estrictamente que no lo hicieran. Entonces, en lugar de hablarle al mesero amablemente y decirle de manera tranquila: “oye, disculpa…. Pero te lo pedí sin cebolla”, lo que hace es hablarle de forma que tooooda la gente del restaurant se entere de lo ineptos que son, que no pueden tomar una simple orden, qué falta de interés, bla bla bla.
Entonces, el pobre mesero, acepta todos los insultos y va a la cocina…. Pero, apenas cruza la puerta, se le cambia el semblante y se desquita con todos los que pudieron haber tenido la culpa. “Son una bola de inútiles, qué no saben leer??? SIN CEBOLLA!!!”. Ahora el cocinero avienta todo, empieza a cocinar otra orden igual, pero SIN CEBOLLA, y le grita al mozo de la limpieza: “órale, muévete!!! Cómo crees que voy a trabajar con todo esto aquí acumulado? Por eso se mezclan los pedidos, no hay orden aquí!!! Acaso soy el único que trabaja?”. Ahora el culpable es el mozo… y no sólo de volver a hacer el platillo, sino de los insultos al mesero y hasta de las tarjetas que no se vendieron.
En la noche, el mozo llega a su casa y alguien ocupó su lugar de estacionamiento. Donde él ponía su vochito, resulta que está el Accord del vecino ocupando mitad de su espacio. Así que, enojado como ya estaba, se mete a la fuerza, se sube con todo y carro a la banqueta y tumba los botes de basura del vecino, ensuciando toda la entrada de la casa.
Habiéndose desquitado, se va a dormir tranquilo a las 3 am. Pero a las 6 am, sale su vecino y ve todo el desorden; por tener que recoger todo eso, lo atrapó el tráfico, llega tarde a su trabajo, tiene que estacionarse más lejos, lo regaña el jefe y todo es un fiasco. Ahora es tiempo de desquitarse con la secretaria. ¡Cuánta inutilidad! ¡Esos papeles deberían estar listos antes de que él llegara! Quién sabe por qué no la ha despedido, es una inútil.
Son las 2:00, hora de la comida, y la secretaria tiene tanto trabajo de su maldito jefe gruñón, que no puede salir. Sólo tiene una hora y resulta que pudo zafarse hasta las 2:30. Corre hacia el centro comercial y en el camino al KFC, la detiene un joven:
- Señorita, buenas tardes, cuenta usted con la nueva tarjeta ….?
- ¿Qué no ves que traigo prisa? ¡Ch*?!$gado! Si quisiera una tarjeta, iría yo misma a sacarla al banco!!!!
¿Cuántas veces hemos sido el inicio de esas cadenitas? ¿Cuántas veces hemos sido un simple eslabón? MUCHAS. Pero, ¿Cuántas veces nos hemos atrevido a detenerlo?
Nunca he trabajado en ventas y, vaya, he rechazado muchas ofertas de esos empleos. Sin embargo, entiendo perfectamente que no es fácil tratar con tanta gente. Decir “Buenos días, en que puedo servirle?” y que te contesten con una cara de que están oliendo excremento.......
El vendedor tiene que estar siempre sonriente, el vendedor tiene que dar siempre la razón al cliente; el vendedor debe ser educado, debe estar siempre feliz, es su deber atenderme correctamente, responder todas mis estúpidas dudas sin llamarme idiota, aguantar mi mal humor.
Yo, en lo personal, soy de las que saludo primero al vendedor: “buenas tardes, cómo está?”, hacer uno que otro chascarrillo tonto como: “si no pasa la registradora, es gratis, verdad?” o “me dijeron que aquí fían, es cierto?”… y terminar la transacción con un “gracias!, que tenga buen día!”... Han pensado que tal vez es el único vendedor que vean en todo el día, pero que ellos han tenido cientos de clientes en dos horas?
Ventas y Mercadotecnia NO son lo mismo.
El mercadólogo se jacta de sus estudios, de los libros, de conocer tales o cuales teorías, de saber aquí y allá; su creatividad, su genio. Y también de lo bien que se ve su trasero en esa silla frente a la computadora todo el día, mientras le da la espalda a su título universitario.
El vendedor no siempre requiere un título universitario (según el giro de la empresa), pero, a diferencia del mercadólogo, requiere de traer siempre los pantalones bien puestos y de nervios de acero.
Y si siguen creyendo que el vendedor no es importante, véanlo de esta manera: al cliente no le pagarán por tratar bien al vendedor, verdad? Pero la diferencia entre un buen día o encontrar a un perro muerto en la entrada de tu cochera, reside en decir: "gracias" y sonreír, aunque nos haya ido de la fregada.
Algo extremista, pero tiene bastante lógica si tienen una mente como la mía.
Como me comentaba mi estimadísima blogger friend Mar (y esto es algo que pasa en todos lados), comúnmente se confunde Ventas y Mercadotecnia. Cuando realmente, en las empresas grandes, son dos departamentos que están en constantes riñas. ¿Cómo lo sé? Mi padre tiene más de 25 años trabajando en ventas y yo soy Lic. en Mercadotecnia.
Ventas y Mercadotecnia son muy diferentes, sin embargo ningún departamento puede existir sin el otro. Mercadotecnia está enfocado a Ventas y Ventas necesita de la Mercadotecnia para lograr su fin.
Pero hoy no pienso aburrir a mi escaso y fiel público hablando sobre mi divertida y excitante carrera o el mundo de los negocios, sino que emplearé la visión del cliente.
MÁS ALLÁ DEL MOSTRADOR: La cadena del mal humor.
(inserte aquí música muy a la Twilight Zone)
Muchas personas, sin importar su carrera universitaria, trabajarán en algún puesto de ventas, telemarketing, de meseros u otro lugar donde tengan que atender al público. Y la mayoría de ellos no gustarán de ese trabajo, ya que están ahí sólo por el sueldo.
Trabajar en algo que no consideramos “importante” sólo por un “sueldo”, puede llegar a amargarnos muchísimo y convertirnos en el cliente que no deseamos tener. Una pequeña cadenita de reacciones que irá desde el puesto más alto hasta el más bajo. Vamos, todos disfrutamos desquitarnos con aquel que está más abajo que nosotros. Sobre todo si éste no puede defenderse.
El pobre vendedor de tarjetas de crédito que está en el centro comercial anda enojadísimo porque no pudo hacer una sola venta hoy y hasta le dijeron que es “molesto”. Así que , para tranquilizarse, va en la noche a cenar a un restaurant y resulta que, para acabarla de amolar, le pusieron cebolla cuando pidió estrictamente que no lo hicieran. Entonces, en lugar de hablarle al mesero amablemente y decirle de manera tranquila: “oye, disculpa…. Pero te lo pedí sin cebolla”, lo que hace es hablarle de forma que tooooda la gente del restaurant se entere de lo ineptos que son, que no pueden tomar una simple orden, qué falta de interés, bla bla bla.
Entonces, el pobre mesero, acepta todos los insultos y va a la cocina…. Pero, apenas cruza la puerta, se le cambia el semblante y se desquita con todos los que pudieron haber tenido la culpa. “Son una bola de inútiles, qué no saben leer??? SIN CEBOLLA!!!”. Ahora el cocinero avienta todo, empieza a cocinar otra orden igual, pero SIN CEBOLLA, y le grita al mozo de la limpieza: “órale, muévete!!! Cómo crees que voy a trabajar con todo esto aquí acumulado? Por eso se mezclan los pedidos, no hay orden aquí!!! Acaso soy el único que trabaja?”. Ahora el culpable es el mozo… y no sólo de volver a hacer el platillo, sino de los insultos al mesero y hasta de las tarjetas que no se vendieron.
En la noche, el mozo llega a su casa y alguien ocupó su lugar de estacionamiento. Donde él ponía su vochito, resulta que está el Accord del vecino ocupando mitad de su espacio. Así que, enojado como ya estaba, se mete a la fuerza, se sube con todo y carro a la banqueta y tumba los botes de basura del vecino, ensuciando toda la entrada de la casa.
Habiéndose desquitado, se va a dormir tranquilo a las 3 am. Pero a las 6 am, sale su vecino y ve todo el desorden; por tener que recoger todo eso, lo atrapó el tráfico, llega tarde a su trabajo, tiene que estacionarse más lejos, lo regaña el jefe y todo es un fiasco. Ahora es tiempo de desquitarse con la secretaria. ¡Cuánta inutilidad! ¡Esos papeles deberían estar listos antes de que él llegara! Quién sabe por qué no la ha despedido, es una inútil.
Son las 2:00, hora de la comida, y la secretaria tiene tanto trabajo de su maldito jefe gruñón, que no puede salir. Sólo tiene una hora y resulta que pudo zafarse hasta las 2:30. Corre hacia el centro comercial y en el camino al KFC, la detiene un joven:
- Señorita, buenas tardes, cuenta usted con la nueva tarjeta ….?
- ¿Qué no ves que traigo prisa? ¡Ch*?!$gado! Si quisiera una tarjeta, iría yo misma a sacarla al banco!!!!
¿Cuántas veces hemos sido el inicio de esas cadenitas? ¿Cuántas veces hemos sido un simple eslabón? MUCHAS. Pero, ¿Cuántas veces nos hemos atrevido a detenerlo?
Nunca he trabajado en ventas y, vaya, he rechazado muchas ofertas de esos empleos. Sin embargo, entiendo perfectamente que no es fácil tratar con tanta gente. Decir “Buenos días, en que puedo servirle?” y que te contesten con una cara de que están oliendo excremento.......
El vendedor tiene que estar siempre sonriente, el vendedor tiene que dar siempre la razón al cliente; el vendedor debe ser educado, debe estar siempre feliz, es su deber atenderme correctamente, responder todas mis estúpidas dudas sin llamarme idiota, aguantar mi mal humor.
Yo, en lo personal, soy de las que saludo primero al vendedor: “buenas tardes, cómo está?”, hacer uno que otro chascarrillo tonto como: “si no pasa la registradora, es gratis, verdad?” o “me dijeron que aquí fían, es cierto?”… y terminar la transacción con un “gracias!, que tenga buen día!”... Han pensado que tal vez es el único vendedor que vean en todo el día, pero que ellos han tenido cientos de clientes en dos horas?
Ventas y Mercadotecnia NO son lo mismo.
El mercadólogo se jacta de sus estudios, de los libros, de conocer tales o cuales teorías, de saber aquí y allá; su creatividad, su genio. Y también de lo bien que se ve su trasero en esa silla frente a la computadora todo el día, mientras le da la espalda a su título universitario.
El vendedor no siempre requiere un título universitario (según el giro de la empresa), pero, a diferencia del mercadólogo, requiere de traer siempre los pantalones bien puestos y de nervios de acero.
Y si siguen creyendo que el vendedor no es importante, véanlo de esta manera: al cliente no le pagarán por tratar bien al vendedor, verdad? Pero la diferencia entre un buen día o encontrar a un perro muerto en la entrada de tu cochera, reside en decir: "gracias" y sonreír, aunque nos haya ido de la fregada.
Algo extremista, pero tiene bastante lógica si tienen una mente como la mía.